viernes, 16 de abril de 2010

Lo cuentan

Yo solo espero, espero y espero. Tengo muchas cosas que contarte, ¿Qué te cuento? ¿Dónde estás? ¿Por dónde empiezo? Mi intención solo es amarte, pero quiero contar…porque tengo miedo, porque así no se puede amar, se te cansa la espera. Lo mismo todavía no tengo edad para contar y tengo que esperar un poco más. Yo solo te cuento a ti, te cuento mis miedos…te cuento mi soledad y te cuento mi esperar ¿Te cuento lo que dicen que cuentan?........... voy a contar.
Lo cuenta la historia, lo cuentan los libros, lo cuentan las leyendas, lo cuenta la chica del diván, las viejas a las puertas, al fresco en las calles de los pueblos, lo cuentas los jóvenes en los patios de vecinos, esos a los que a ti te gusta visitar, entre aspidistras y pilas de lavar… sí, ellos lo cuentan. Los cuentos no lo cuentan, ellos no lo pueden contar, allí solo hay ranas y princesas que al besar tienen un amor por empezar y un buen final y no un amor que muere por necesidad. Lo cuentan los niños cuando juegan al coro, formando retahílas, en plazuelas y alrededor de las fuentes. Lo cuentan las canciones de antaño y las de ahora, también lo cuentan. Los trovadores, las folclóricas con sus desesperos que dicen: yo tan sola y tu tan lejos………... Lo cuentan los poetas, los que escriben y los que respiran poesía pero no la escriben. Lo cuenta la gente y juro que no me lo invento, yo no sé inventar. Eso era antaño, pero ahora en tiempos modernos también se escucha. También ahora se cuenta que se acaba el amor, sí, se acaba, es muy fácil que se acabe el amor. Lo cansa la espera.
Todos cuentan que algunos amores se acaban rompiendo, que dos almas que se quieren, van y se dejan de querer, que el olvido es consecuencia de una distancia y el cariño viene del rozar; y viene de antiguo que con tanta tristeza, los amantes acaban diciendo:
¡¡No ves que pierdo la vida, no ves que me estoy muriendo!!
Sí, eso lo cuentan que pasa. Cuando aprieta la soledad, y en silencio es cuando ahoga el recuerdo del que está lejos. ¿No lo ves? Con tanta distancia se nos marchitan los sueños, y el alma. Te pesan las alas, algo te ata a la tierra y no llegas al firmamento. Entre los brazos del desamor, se apaga este fuego, lo sopla el viento, despacito, pero sopla, hasta apagar. Los amores se mueren y no hay plañideras que los vengan a llorar, aquí cuentan que lloran las almas que ya se dejan de amar. Ahí no existen lutos, a nadie le importa como vistas luego el alma, si de negro, de malva o la dejes sin tapar. Nada ni nadie te viene a velar. ¡¡Escucha, que te cuento mi miedo!!
¿Oyes a las viejas?................dicen que los amores deben estar juntos, muy juntos, para que las respiraciones se abracen, si no es así, acaban no pudiendo respirar; lo dicen las viejas no lo digo yo. ¿Tú crees que es cierto? Eso de que la distancia es el olvido, tú crees que lo que cuentan será verdad, o será solo una quimera para forzar a que no te exponga a esta añoranza el que sientes que no está, yo no lo sé, si es mentira o es verdad, solo sé que se cuenta, que lo dicen, que no es bueno sentir esa soledad. ¡¡Estás siempre tan lejos!!
Si no es así, no vale la pena, te come la tristeza, aunque no quieras te matan los celos de tanto envidiar, te sangra la herida, o se infecta sin sangrar y la vida se escapa por una rendija, o peor por un sumidero, de tanto llorar, y de tanto no estar.
Lo cantan los niños, lo cuentan los tatuajes de los marineros que están siempre en la mar, lo leen los soldados en las cartas en el frente, le cuentan las cartas que alguien se ha cansado de esperar, lo cuentan los que cruzaron el mar en busca de porvenir y libertad con una maleta de cartón y una foto en color sepia en el bolsillo, la miraban y miraban y un día la dejaron de mirar, sin darse cuenta ni pensar. Lo cuentan los limpiabotas en sus cuentos y hacen gestos con las manos llenas de betún, lo silban los vientos, lo mecen las hojas, los pájaros con su canto, hasta los árboles lo contarán si alguna vez han escuchado el eco de un “Te Quiero” en un gritar, lo dicen los corazones rotos que pintan las niñas en el vaho de los espejos y viene de antaño que en los ojos aparece el llanto, la pena, y la tristeza. Después, el mundo parece un desierto, pierdes el sentido y las ganas de vivir, te falta hasta el aire, buscas un oasis, algo a qué a garrarte. Y solo sientes que aunque no quieres morir de amor, sientes que de amor puedes estar muriendo. ¿Me pasará eso a mí? ¿De amor puedo morir?
En realidad estos chismes son solo restos tejidos de historias sencillas, de pueblo, cuyo valor brota del calor que infunden y de la nostalgia que suscitan. Yo no quiero quedarme en mi prisión para cantar canciones de dolor. No, eso no, yo solo quiero amarte….amor, yo no quiero esperarte. ¿Dónde estás?
Y entre esos amores perdidos, llegan amores eternos y viene de siempre que tanta tristeza se va con el tiempo…...el corazón aunque no se recicla se recompone, y acabas no muriendo de amor sino de viejo. Menos mal, ya nadie muere de amor, ni por falta ni por sobra. Lo cuentan las viejas, las novelas y lo dice Katsumi ¿fue la última? desde Sayonara ya nadie muere de amor, gracias a Dios, la pobre se vistió de Madame Butterfly para ir a la ópera, y aunque murió cantando, murió de amor, menos mal, ya nadie muere de amor, gracias al cielo, a los santos y al talismán de mi corazón, se terminó, ya nadie muere de amor, es mejor morir de viejo pero recordando amores eternos. O recordando un tango, que aunque tango también cuenta:
Tengo miedo del encuentro con el pasado que vuelve, sentir que es un soplo la vida, que veinte años no es nada, que febril la mirada errante en las sombras te busca y te nombra, vivir con el alma aferrada a un dulce recuerdo que lloro otra vez.
En fin, te cuento lo que cuentan porque tengo ganas de contar y mucho miedo de callar, tengo que contar, por eso te cuento. Yo aun no soy vieja, por eso cuento lo que cuentan, dentro de algunos años contaré esas historias y la mía, a quien me quiera escuchar. ¿Dónde será?..................no sé, en una puerta al fresco, en un patio o en un zaguán, lo que sé de verdad es que entonces seré pasado y en ese momento podré contar. Tengo miedo del final, amor… tengo miedo de no encontrarte… de no poder empezar. Tengo miedo de esperarte y sin embargo te tengo que esperar.

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