Papel de aleluyas

Carlos Marzal... Lugar rupestre.
Con la sed más anciana, arrodillado,para encontrarle el cauce al agua tuya,
me he bañado de ti, linfa radiante; me he prosternado en ti,nunca más joven.
En la gruta que parte en dos tu cuerpo, me he marchado por fin de mis orillas,
me he sumido en tus labios, con mis labios. Mi saliva te hablaba sin idiomas.
Con la humedad sagrada he dibujado, en la pared de sedas de tu sima.
En resina salobre del deseo, he dispuesto una rosa, y la he mordido.
Eché a volar un ave, y la he matado.
Un hombre había en pie, y ahora no hay nada.


José Luis Sampedro
Soy el arpa y él me tañe. Sólo cuando me toma tengo voz y conciencia. Apenas me alza en sus brazos y ya vibro en silencio; ya mi esqueleto y mis cuerdas se tensan en alerta. Mientras me abarca, estoy ardiendo en vida. Suavidades que ya fueron.


Caballero Bonald... A batallas de amor, campo de plumasLobo Antunes
Ningún vestigio tan inconsolable como el que deja un cuerpo entre las sábanas y más
cuando la lasitud de la memoria ocupa un espacio mayor del que razonablemente le corresponde.
Linda el amanecer con la almohada y algo jadea cerca, acaso un último estertor adherido
a la carne, la otra vez adversaria emanación del tedio estacionándose entre los utensilios de la noche.
Despierta, ya es de día, mira los restos del naufragio bruscamente esparcidos
en la vidriosa linde del insomnio.
Sólo es un pacto a veces, una tregua ungida de sudor, la extenuante reconstrucción del sitio
donde estuvo asediado el taciturno material del deseo.
Rastros hostiles reptan entre un cúmulo de trofeos y escorias, amortiguan la inerme acometida de los cuerpos.
A batallas de amor campo de plumas.


Lobo Antunes.
Estalla de súbito en una explosión de espuma del tamaño del mundo, en que pedazos nuestros vuelan independientes de nosotros hacía cada rincón, de la sábana, y nos dormimos licuados, en una molicie sin dolor, náufragos, jubilosos de la ternura.

Juán Gelmán...Oración
Habítame, penétrame. Sea tu sangre una como mi sangre. Tu boca entre a mi boca. Tu corazón agrande el mío hasta estallar. Desgárrame. Caigas entera en mis entrañas. Anden tus manos en mis manos. Tus pies caminen en mis pies, tus pies. Árdeme, árdeme. Cólmeme tu dulzura. Báñeme tu saliva el paladar.
Estés en mí como está la madera en el palito. Que ya no puedo así, con esta sed quemándome.
Con esta sed quemándome.
La soledad, sus cuervos, sus perros, sus pedazos.


Amor Prohibido....José Ángel Buesa
Solo tú y yo sabemos lo que ignora la gente
al cambiar un saludo ceremonioso y frío,
porque nadie sospecha que es falso tu desvío,
ni cuánto amor esconde mi gesto indiferente.

Solo tú y yo sabemos porqué mi boca miente,
relatando la historia de un fugaz amorío;
y tú apenas me escuchas y yo no te sonrío...
y aún nos arde en los labios algún beso reciente.

Solo tú y yo sabemos que existe una simiente
germinando en la sombra de este surco vacío,
porque su flor profunda no se ve, ni se siente.

Y así, las dos orillas, tu corazón y el mío,
pues, aunque las separa la corriente de un río,
por debajo del río se unen secretamente.