sábado, 20 de marzo de 2010

La alameda del fin del mundo

Todos tenemos un sueño, viajar a nuestra Patagonia particular es como ir hasta el fin del concepto, como llegar al fin de las cosas. Mi sueño es....... mi Patagonia particular. El sueño del doctor Pasavento es seguir a Walser, su insensata y nada interesante vida sabe que si mira mucho rato al abismo, el abismo acabará observándole a él. La “bella desdicha” es un estilo de vida, una ciencia, un alegre deslizamiento hacía el silencio, una ética de las desesperanzas. Él explora sus abismos interiores, es fiel a las regiones inferiores y se mueve con calculada perfección hacía el país de los ceros a la izquierda, hacia el anonimato. Busca una bella infelicidad, pasar desapercibido, sigue a Walser y yo he ido con ellos.........hasta allí donde el poeta encontró su plácido final. Un día de navidad halló en la nieve su sepulcro natural, el lugar donde el lamento, si hubiera podido hubiera emitido el sordo horror mudo que precede al grito cuando lo vio caer junto a su primer cigarrillo Maryland de cada mañana, allí donde Pasavento y yo oímos su poema:
Nieva que nieva, la tierra se repliega
en un lamento blanco y vasto, muy vasto.
Se agita bajo el cielo el enjambre
de copos sin consuelo, la nieve, la nieve.
Te da un sosiego, una amplitud;
blanco por la nieve el mundo me conmueve.
Y así, la nostalgia, antes pequeña y ahora grande,
se apodera de mí y se vuelve lágrima
Entre hayas y abetos, subes por la ladera del Schochenberg hasta Rosenberg, y tratas de aspirar a pleno pulmón el puro aire invernal. De pronto saliendo de una curva, entre destellos de nieve que centellean con luminosidad de espejo, aparece en lo alto, imponente y majestuoso, con extensas praderas y bosques nevados alrededor, el edificio del viejo manicomio, una construcción aislada de todo y que parece salida de una novela gótica..... ¿A veces los relojes andan marcando horas que ya fueron? ¿Quién baila con la realidad en la frontera?....la ficción. Esa soledad buscada es el afrodisíaco del espíritu y allí es donde ellos encuentras su bella Patagonia particular, allí se inventan sus colores, los aromas, los sonidos, el tacto y el gusto, el azul del cielo, el verdor del suelo, el centelleo del sol en el agua, el olor de la tierra seca o húmeda, del viento y de la lluvia, ciertos colores de las flores y del plumaje de los huevos de las aves, como el púrpura brillante de la cáscara del huevo del tinamú. ¿Por qué no buscar tu sueño? si te encuentras emboscado en el feliz mundo de los eclipsados. Al salir de tu caverna platónica, estás confuso, el mundo es una gran tramoya y tú no encuentras papel. En un pequeño gesto de libertad, pones tu vocación de solitario a la intemperie. Quieres ver si en medio del páramo es también posible vivir, respirar, ser, desear, dormir por la noche y soñar. ¿Porqué no?
Vila- matas prestidigita con la palabra, derrocha y despilfarra su talento...Doctor Pasavento es un libro enorme, con una gran cantidad de datos, que te llevan a la curiosidad, a conocer y viajar por sus páginas..............pasear por Solitude-promenade, el melancólico y bellísimo paseo que bordea al Rin junto a Erasmo de Rotterdam y su elogio de la locura; con Kafka pasamos días en su sótano entre sus papeles y diarios, junto a Lobo Antunes vamos de la mano por Lisboa y sus locos, nos enseña a gritar palabras del Fausto de Goethe:...... ¡¡ Devuélveme el impulso sin mesura, la dicha dolorosa en lo profundo, la fuerza del odio y el poder del amor. Devuélveme otra vez mi juventud!!......jugamos a los detectives con Bolaño, tomamos café en el “Odeón” con Lenin, Jame Joyce y vemos debutar a Mata- Hari........recorrer la calle Vaneau con Emmanuel Bove...le preguntamos a Imre Kértesz por su destino.......a Fleur Jaeggy por sus hermosos años castigados.....y merendamos magdalenas con Proust.........mientras buscamos junto a Cortazar a su Maga.............así en un continuo viaje por las letras, hasta llegar a La Cartuja, de Sevilla de la mano de un fantasma..
La novela habla de una huida sin retorno, entre el polvo patagón y la cáscara de huevo de tinamú, de la posibilidad de no ser nadie y del noble arte de desaparecer. Un juego de estímulos, recreos de imaginación y conmociones. Produce un efecto claro de incitación a otras lecturas como pocas veces encuentras en un libro, es una eterna invitación.
Sí, habría que lavarse bien los ojos antes de cada mirada, dicen los japoneses y antes de leer otro libro, también...es volver a empezar. Es una mina, un filón de documentación..........el sublime arte de escribir por escribir, aquí no hay crisis de lenguaje, es pura escritura, un gran libro o miles de microgramas con una caligrafía apretada y un pequeño lápiz. Es una obra maestra, funde la realidad y la ficción con suavidad, burla, humor y la superioridad de la literatura. La piel del libro es la prosa y su oxigeno la ironía. Gracias Isabel por traer a casa el Santo Grial de Pasavento.

Mapa para amantes perdidos

Aprovechando un descuido de Alá se escriben estos renglones que reivindican la voz del alma de los musulmanes, ahondan en los problemas de libertad en el amor y en la elección de una manera de vivir. El amor, como peligro, envuelto en reglas muy estrictas y bajo la atenta mirada de Alá todopoderoso y sus preceptos. ¿Cómo la intención de romper un todo establecido y la lucha por un deseo propio te cuesta la vida?...........¡¡Por Alá!! ........ Mediante cuatro estaciones y sus cambios en la naturaleza, hermosos corazones cantan sus historias de amor. Son historias a saltos, a pata coja pero sin pisar líneas, como jugando al juego de La Rayuela. Amantes que son conducidos a la muerte por amar, expresiones de vergüenza que cruzan los rostros en cuanto mencionan el nombre de su amor, o cuando aluden a la búsqueda de la felicidad y se encuentran con el pecado. ¿Quién es nadie para juzgar? ¿Quién es Alá? No es que el mundo se empeñe en frotar sus heridas con sal, sino que Alá los ha recubierto de sal para asegurarse de que sientan dolor siempre que tengan una herida. Alá no te lo permitirá, no te permitirá amar.
Son escenarios maravillosos, un eterno amor a las mariposas, sitios donde los reyezuelos hacen nidos en los bolsillos de las chaquetas colgadas en tendederos y sus dueños con una sensibilidad desbordada no tocan hasta el próximo otoño, mágicamente las calles se llenan de oleadas del azul intenso de los pavos reales, y periquitos verde brillante de cuello rosa lanza graznidos mientras atraviesan los copos de nieve como un dardo. Carámbanos como flechas nos caen a los pies, miles de abejas posadas en los tilos, mientras bajo sus cortezas hibernan las polillas esperando renacer, calles bordeadas de cerezos salvajes, castaños de indias y cruzadas por puentes de espejos. Árboles que en vez de frutos dan bolas de cristal llenas de sangre que predicen una ira roja y una muerte roja. Y un rincón, un maravilloso rincón, mi rincón, nuestro rincón.
Mi ensoñadora librería en medio de un lago……. Safeena……. la verás de camino al rincón del Escándalo. Allí se buscan los dos, en medio de un follaje de terciopelo y brocado buscan yacer el uno junto al otro, a la deriva en una barca, sostenidos por su propia historia. Pensar en Suraya le produce todavía una reacción química en la sangre. El lago está rodeado de bandas concéntricas de arena multicolor, de grupos de juncos, de cantos rodados y, un poco más arriba, de pinocha, que el agua de la orilla mordisquea suavemente. Suraya se dirige hacia la cabaña rodeada de arces, por todos lados crece hiedra, no para de lloviznar, Shamas también se dirige a buscarla. La librería está pintada de un color marrón intenso, el color de las especias fuertes. Al principio, no tenía más que unas pocas cajas de libros. Estaba llena de arañas y tenía el cableado eléctrico a la vista, pero poco a poco, la fueron limpiando y empapelaron las paredes con un diseño de ramitas de sándalo, salpicado de parejas de ciervos con las colas como borlas de polveras. Ese es mi rincón, muy a pesar de Alá, el todopoderoso, mi maravilloso rincón. ¿Alá el bondadoso y compasivo sabrá perdonarme?
Shamas tiene que dejar de pensar en la muerte y la desdicha. Necesita tocar a Suraya, á pesar de Alá, tocar su juventud, la vida que hay en ella, sentir su aliento fresco en la cara. Él no quiere que ella sufra, en sus encuentros es fácil percibir el conflicto en la expresión del rostro de Suraya, el caos desatado en su interior, la estruendosa lucha entre la fe y la falta de fe……….¡¡El pecado!!.......... Ellos no deben estar allí. Siempre buscando el perdón de Alá. El sabe que la encontrará en Safeena, junto al lago, y sigue su senda sintiendo los dedos y las palmas de las manos húmedas y temblorosas, y continua andando por ese camino en medio de la maleza. Y ella está allí, esperándole. En medio de esa oscuridad, Shamas rodea suavemente el cuello de Suraya con su brazo izquierdo e inclina la cabeza para posar sus labios sobre los de ella. Su otra mano se hunde hasta la muñeca en sus abundantes rizos. La piel de ella huele a corteza de abedul y a almendras. Su melena está salpicada de destellos de electricidad estática, ella responde a sus besos y él la conduce al interior de la pequeña librería, donde huele a papel y a tinta. Ella es la vida. El ángel de la misericordia. Shamas es consciente del ruido que hacen los pulmones de Suraya. Él recorre su cuerpo sembrando pequeñas hogueras en su piel, pequeña detonaciones, y las parejas de ciervos rodeados de ramas de sándalo vuelven las cabezas para mirarles desde el papel de las paredes, él limpia con sus besos el pálido sudor de su cuerpo. Shamas apoya su rostro sobre el cuerpo de ella y susurra que es sorprendente darse cuenta de que ya conocía de antes el ritmo de su respiración. Él sigue buscando, descendiendo por ese cuerpo, descubriendo; la urgencia de él hace que la boca de Suraya, de repente, suelte un grito de sorpresa, quizás alguna protesta, hasta que contiene su respiración y cierra los ojos, se entrega como un río que sigue su curso. Otra vez desde la pared, los ciervos vuelven la cabeza para mirarla.
Cuando Zeus decidió yacer junto a Alcmena hizo que la noche fuese tres veces más larga. También él desea ahora que el alba no llegue a la hora indicada. Siempre……….Alá perdóname. Siempre rogando a Alá. Teme pasar el resto de su vida vagando por las calles susurrando el nombre de ella.
Siempre purificándose. Pero él no quiere perder su compañía………..ni su cuerpo. Solo quiere tocarla, arrancarle parte de su pena, y quedársela él, pero no puede, no está permitido. Alá le perdone. El sabe que no la olvidará, no cree disponer del tiempo suficiente como para poder olvidarla, porque para tales procesos se necesitan varias décadas y él ya es demasiado viejo. Suraya le acompañará hasta la tumba, muy por encima de Alá. Deja escapar un grito íntimo, el eco, y después, el eco del eco. Un grito, en el bosque de la vejez de su soledad. Alá, siempre Alá. No se puede amar con el alma esposada. Se siente como un juguete de cuerda que se ha topado contra un pliegue de la alfombra. Está frenado, todavía siente que tiene cuerda para seguir. Solo quiere amarla en todos los rincones de Safeena, con las cortinas echadas y los relojes ostensiblemente ocultos, como sucede en los casinos, aunque nadie les avisaría a tiempo de que lo que se estaban jugando allí era la vida. ¡¡Cómo la amaba, y Alá no lo dejaba!!
Pero estaba escrito en el libro que escriben los ángeles, El Libro del Destino, ese texto dorado, ese al que al abrirlo las polillas chocan ruidosamente atraídas por la luminosidad que emana la tinta de Alá. Están atrapados el uno junto al otro, confinados en la misma prisión solitaria…..y no hay escapatoria prudente. No existe ningún mapa posible para estos amantes.
Alá se filtra en su vida, se filtra en sus sueños, en su esperanza………………en las otras vidas de la novela, entre Jugnu y Chanda, sembrando odios a su alrededor, en la existencia de kiran, un rayo de luz que Alá consiguió apagar, en las entrañas de kauka, haciéndola venenosa por su ignorancia……………el todopoderoso Alá entra en tu sentir, en tu tomar, en tu coger, en tu notar…………….nada es libre, él siempre decide, porque él es siempre así. Sin más, a veces Alá no es una elección, más bien una eterna obligación.
Una brillante novela, que juega con la naturaleza; quizás por ponerle color a estas dramáticas vidas, el autor le pone nombre a flores, pájaros, árboles y especias, bellos ambientes para envolver a estas mujeres-polillas, encapulladas en un entramado de normas, religiones y temores, que nunca podrán ser mariposas. Que más dará que se llame Alá o cualquier otro nombre, si al final estás condenada a morir aun antes de nacer, sin ninguna opción de libertad. Una celebración al amor y a la vida. Una protesta a gritos por la falta de libertad. Señales y sonidos, olores y colores son un intenso telón de fondo en toda la novela. Descripciones maravillosamente exuberantes. Es cierto, encontrar el amor es a veces perder la vida, aunque estés viva, pero la ley de Alá es la ley de Alá y no puede cuestionarse.
Claro está que…………….. ¡¡Alabado sea el poder de Alá!!
Una historia con néctar de letras. Deliciosa y envolvente.

Carta abierta a un aprendiz de factor

Querido Milôs, no sé si estas palabras te llegaran, si será un buen momento para ti, tú sabes de telégrafos, de mensajes, de trenes correo y de sellos que se ponen en postales de suave piel, espero que sepas llegar hasta mí y oírme lo que te tengo que decir.
Acabo de leer los renglones de tu vida, una vida de chico ingenuo, bonachón y pasmarote. No debía ser fácil pasar tus horas siempre atento a vías por las que pasaban trenes, unas veces llenos de armas para acabar con la vida de los hombres y otras con hombres a los que se les estaba acabado la vida, unos oliendo a pólvora, otros a sangre y medicinas; y todo esto sin darte cuenta que tenías que cuidar la tuya. Fuiste protagonista y espectador de sucesos ridículos, obscenos y trágicos, aunque a veces no pudieras callar y te gustara contar. Debías de tener toda la paciencia del mundo, siempre esperando el próximo tren, siempre queriendo hacer tu trabajo bien; sin embargo no supiste esperar a que tu hombría se presentara sola y fuiste corriendo a acabar con tus días. ¡¡Bonita solución!! ¿Por qué no esperar? Ya sabías que había trenes que llegaban puntuales aunque a deshora, que un tren nunca llega tarde, que en la estación siempre hay alguien que espera.
No, no creo que fuera fácil tu existencia, cargando con el karma de unos parientes perdedores y desgraciados, que habían pasado por la vida como por la pista de un circo, regalando números de magia con tanques a todo el que quisiera mirar. En fin, un poco de lacra familiar que había que superar. Descubriste el amor y el deseo como encogido, no le diste tiempo a espabilar, derrochaste una ingenua humanidad que se convirtió en solemne cuando te tuviste que revelar ante el invasor, demostrando toda tu recién nacida hombría en las alturas, con un acto heroico sin sentido. Quizá te perdió la impaciencia, debió ser horrible ver el tren circular ruedas arriba, como si anduviese por el techo de la noche, esa noche que pronto cubriría tu silencio por los siglos de los siglos, debiste asustarte mucho al sentir tu sangre caliente correr por tu garganta hasta la cabeza ……………. ¡¡Pobre Milôs!! Como un títere dislocado cabeza abajo.
¡¡OH Milôs!! No eras un lirio mustio ni padecías enormes males, solo tenías que haber encontrado a tu mariposa y sentir el tierno arrullo, el tintineo y el murmullo de los dos. A Mása le gustaba verte con tu uniforme de botones de bronce, que mamá te limpiaba con sidol, tan elegante y tan varonil, debiste darle una segunda oportunidad. Solo eso.
Todo para que nos volvamos a enterar de que todas las guerras son estúpidas, incluida la tuya contra la impaciencia por ser hombre. Al final te igualaste con tu enemigo, diciéndonos que todos los hombres somos iguales, no importa de que bando estés, todos llevamos un alma dentro y mucha sangre que se empieza a derramar, no importa si vas o no subido al tren.
Desde ese momento dejaste de oír el tic-tac de la nieve para oírte a ti mismo diciéndote adiós, y desde ese momento tu uniforme y tu capa ya no te necesitaran. La preciosa estrella bordada con hilo dorado de aspirante a factor, se la quedará mamá.
Me ha encantado el libro que te cobija, una novela en la que la genialidad está en la sencillez, una brevedad donde se esconde mucho contenido. Es leer una historia en blanco y negro, marcada por gags semejantes a una película muda, contada con cierto romanticismo, deliciosa, delicadamente humana. Unas páginas distraídas y llenas de matices, tan completamente realista, que es fácil reconocer nuestras debilidades en los inquilinos de esa estación, hasta el punto de que es muy sencillo perdonarlas, todos cometemos o nos gustaría cometer los mismos pecados. A veces las cosas ocurren con tanta precipitación, certidumbre y naturalidad que no da tiempo a verlas llegar, suceden y ya está.
No es solo que guste el libro, a mi me ha gustado mucho lo que esconde en sus rincones, es bonito leer sobre lo realmente humano entre palabras sonrientes, divertidas y traviesas. Milôs, me ha encantado conocerte, me has parecido genial, y he disfrutado enormemente de los reglones que cuentan el por qué y el para qué de la vida. Te buscaré en alguna estación y tu madre te estará esperando tras a cortina, inmóvil, como siempre que te vas.

Descansa en paz Milôs Hrma

domingo, 14 de marzo de 2010

Niña Clara







Ella es así…
Como una gran tormenta.
Tiene en sus ojos un principio de verde,
De musgo húmedo,
De mundos que se abren
De días que despiertan tempestades.
Inmenso amanecer.
De horizontes despejados
Donde habitan historias,
Donde viven sus sueños.

Es blanca y suave
Como ella sola
Charlatana y compinche
Como ninguna.

Se le sale la risa por los ojos,
A saltos de cascadas,
Refrescando mis ríos
De silencios, penas y tristeza.

Ella es así
Niña manchada,
Huele a niñez sabia e ingenua….
Se desborda en porqués
Con hambre inteligente
Y me regala cuentos
Y me regala besos.
Necesita abrazos y respira.
Mi niña de pecho, tremendos momentos.

Su nombre es sencillo,
Y transparente como ella.
De vocales abiertas y sonoras.
Ella es así, sin moños ni adornos.
En ella no hay pétalos, es toda cáliz.

Mi Clara, hija de la vida
Del juego, de la siesta
De la tierra y del mar
De la alegría.
Buena amiga. Desde siempre

En momentos del día
Sus dedos sueñas letras y palabras
Dibujan historias
De magos y delfines
Que ella me escribe en mil papeles.
Gran emborronadora de páginas de harina.

Ella es así,
Torbellino de expresiones y prisas.
Caudal infinito de palabras y
Compañía.
Curiosidad y ganas.

Un grito, un enojo,
Un llanto, un enfado y dos abrazos…
Todo en ella son máximos,
Mi Clara es así…
Hecha de trabajo y pasión
Hecha para regalar y regalarse
Clara es, vida viva.

Niño Gonzalo




Niño suave, Niño pluma,
Soplo leve.
Miniatura en mis brazos.

Inmensidad de cielos y de miedos,
Océanos de calma y mil temores.
Me superas ahora, quiero ser tu amiga,
Entenderte, comprenderte, tenerte.
Silencios y te quieros.

Paz y noches
Luna y luceros
Niño leve, niño mago
Niño que asiente y valiente
Grandioso, Inmenso y tremendo.
Liviano como el aire,
Profundo como el mar.
Dormido
Despierto y ausente.

Ojos de tierra arada
Cascadas de risa. Siempre la risa.
En ti sueña mi vida
Y se enredan mis sueños.

Niño blanco y suave
Huele a leche
Vainilla y chocolate.
A ilusiones
A tranquilidad y espera.

Niño grandioso y generoso.
Niño de paz y consuelo.
Nunca más, siempre es bastante.
Niño y silencio.
Niño pensante.

Niño ángel. Niño grande.
Dedos sutiles y de seda.
Emerges en mi vida transparente,
Silencio de pasos.
Niño leve. Niño beso.

Es mi niño callado que aprende.
Niño de amigos de siempre
De manos frías y corazón caliente
De Pototas y ratona,

El que juega eternamente.
El niño constante,
Bonito semblante,
Niño bueno, niño lindo
Ves la vida
Con ojos tras las lunas
Confusión de colores, mundo borroso,
Mirada de poeta
Mi niño es calma.
Niño de nublados, de no querer soles

Niño sin prisas
De enfados en miniaturas.
Siempre te quieros y besos.
Buenas noches y un te quiero
Otro más y duerme en paz.